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Hace tres años, si alguien me hubiese preguntado cuándo era el Día Mundial del Niño Prematuro (el 17 de noviembre) habría respondido que no lo sabía; es más, por aquel entonces desconocía incluso la existencia de un “día” dedicado a esos pequeños que han llegado al mundo demasiado pronto.

Nunca hubiese pensado que yo misma acabaría convirtiéndome en una orgullosa mamá de prematuros. Y sí, subrayo el orgullosa. Soy madre de tres hijos, dos de ellos mellizos prematuros que decidieron venir al mundo a las 34 semanas de gestación y que pasaron tres semanas en Cuidados Intensivos. Su nacimiento y esas primeras semanas de vida sin ellos me han dejado una marca indeleble, una herida profunda que poco a poco va cicatrizando.

Es por ello que cuando cada año llega el 17 de noviembre para mí es un día especial, más o menos es como festejar otro cumpleaños. Es un día en el que estos pequeños GRANDES Héroes se hacen más visibles, porque aún siguen siendo unos “desconocidos”. Es un día en el los padres de niños prematuros nos sentimos más unidos. Porque estos pequeñines se merecen este día y muchos más, porque llegan al mundo y tienen que “pelear” más que nadie por salir adelante.

Y este año, por fin, he podido realizarles ese homenaje que tanto y tantos se merecen. Doy las gracias de antemano a todas aquellas familias que respondieron a mi llamamiento en Facebook y en Instagram y no dudaron ni un minuto en poner en mis manos (y en mi corazón) sus historias de padres de niños prematuros.

Sé que os he hecho retroceder en el tiempo y bucear en un mar de recuerdos, muchos de ellos llenos de dolor e incertidumbre.

Sé que os he hecho revivir esos nervios y esa angustia del primer encuentro con vuestros hijos, cuando los habéis visto en la incubadora, con tubos en la nariz, en la boca, en el ombligo…

Sé que os he hecho volver a escuchar esos terribles pitidos de las máquinas, que sonaban a cada momento y que se habían convertido en la banda sonora de vuestra permanencia en el hospital.

Sé que os he hecho recordar el cansancio de esos días, en los que vivíais a mitad de camino entre el hospital y vuestra casa.

Sé que a muchos os he vuelto a hacer pensar en la dolorosa separación que habéis sufrido esos días y en todas las lágrimas versadas, pequeñas caricias líquidas que derramábais cuando veíais a vuestros pequeños a través de los cristales de la incubadora.

Sé que os he hecho emocionar con el recuerdo de vuestra primera vez en casa o de cuando los habéis vestido por primera vez y les sobraba ropa por todos los lados…

Lo sé… porque cuando yo misma me he topado con las fotos de aquellos días he revivido todo lo acontecido por aquel entonces con aún más fuerza si cabe.

Mil gracias de nuevo por haber hecho posible esta infografía-homenaje a todos vuestros pequeños GRANDES Héroes. Y espero que todos los padres de niños prematuros, padres y madres coraje, no se sientan tan solos en este día.